Adiós 2012, que te den.

Mierda de 2012

Solo quedan unas horas para que termine 2012, y puedo decir que se me harán eternas. No por compartir la impaciencia de muchos por la hora de la fiesta, cena, uvas y barra libre cual quinceañero que sale en nochevieja por primera vez en su vida, sino por despedir el peor año de mi vida. Año a nivel personal, familiar, y también para muchos de mis amigos lleno de sinsabores, problemas laborales, enfermedades, pérdidas de seres queridos, e incluso de algunos que no llegaron a conocer este mundo.


Dios sabe que no pido nada especial para 2013, ya que es prácticamente imposible que sea peor que este 2012 que por suerte ya termina. Tan solo un deseo concreto, que la peluca que tuvo que usar durante un tiempo Mónica, mi mujer, quede guardada en el armario como un mero recuerdo de lo que ocurrió este año, y que con el tiempo se convierta en atrezzo de juegos para nuestros futuros hijos sin que estos puedan sospechar como y porqué llegó esta a la casa hasta que no tengan edad suficiente para comprenderlo.

Adios 2012, púdrete en lo mas profundo de mis recuerdos.