Malagueño, malaguista, hombredetrono.

03 octubre 2009

La rica castaña

Aún recuerdo cuando siendo todavía un crío pasaba con mi abuelo junto a un puesto de castañas asadas. Jamás le gustaron. No porque no le gustaran las castañas en si, sino porque para el los puestos de castañas eran indicativo de que ya había llegado el invierno o estaba muy próximo a entrar.

Cada año se repetía el mismo ritual. Yo que ya me lo conocía de años anteriores procuraba sacárselo para escucharle, no se porqué, pero aún ya sabiendo lo que iba a decir me encantaba escuchárselo.

- ¡Mira abuelo ya hay castañas!, ¡Que ricas!.
- Mmmmm, ¿ya están aquí?. Todos los años lo mismo, ya ha llegado el invierno.

Nunca me compró un cartucho de castañas ni yo lo pretendía, pero me gustaba ver como mostraba su disgusto mientras movía con gesto negativo la cabeza de un lado a otro y fruncía la boca.

Desde hace ya ocho inviernos, nueve con este que va a entrar, es ver un puesto de castañas y acordarme al instante de el. Recuerdo perfectamente su mirada de desaprobación y sus gestos como si lo estuviera viendo ahora mismo.

Prácticamente cada vez que tus nietos nos reunimos, y por suerte es muy a menudo, sales en nuestras conversaciones, pero las castañas son un detalle más que me hace revivirte en mi cabeza.

Esta mañana he visto el primero de este futuro invierno.

No hay comentarios: