¡Va por ustedes!

Normalmente me suele costar conciliar el sueño, vueltas en la cama, una tras otra y nada de nada, los ojos abiertos como platos, pero el lunes noche logré quedarme dormido sin darme cuenta. Situación: Alcaucín (Sierra de Tejera y Almijara), 1 de la madrugada, los compañeros de acampada se habían acostado, yo sin ganas de acostarme (como siempre), decido aprovechar la buena noche que hacía y la ausencia de nubes para coger mi aislante e ir lejos de la zona de acampada, busco un claro para observar el cielo y allí decido plantar mi observatorio. Tumbado boca arriba bajo un estrellado cielo, observando el firmamento y escuchando los ruidos nocturnos del campo, se me vienen a la mente todas las personas que me rodean, aquellas a las que veo mas y también a las que veo menos, aquellas que quedaron el camino pero dejaron grandes recuerdos, noto como mi cuerpo se va relajando poco a poco, lejos de irme a la tienda decido quedarme un rato mas aprovechando esa calma y paz que se puede tener en tan pocas ocasiones. Antes de darme cuenta empiezo a escuchar unos gritos "¡Bartolaaa!, ¡Bartolaaa!", los compañeros me habían echado en falta, después de tanto rato sin saber donde estaba se habían preocupado y decidieron salir a buscarme en mitad de la noche. Sin darme cuenta me había quedado dormido y llevaba una hora yaciendo a la intemperie en un sueño mágicamente relajador. Aquella noche me quedé dormido mientras pensaba en mis seres queridos, me quedé dormido pensando en ti.