Malagueño, malaguista, hombredetrono.

01 septiembre 2008

Aquella tarde veía la televisión tirado en su sofá, mas que ver solamente miraba, sus pensamientos se dirigían hacía otro sitio. Trataba de recordar lo ocurrido la noche anterior, una noche de excesos de la que solo acertaba a entrever imágenes sueltas en su mente desde que llegaron a aquel sitio.
Tras haber bebido mas que suficiente en un concurrido local de la marcha local, y sin saber a propuesta de quien, salieron de el y recorrieron dando tumbos las calles menos populares y mas sórdidas de la ciudad para dirigirse a un antro situado un barrio poco recomendable.
Al entrar en les recibió una atmósfera cargada e irrespirable y unas cuantas miradas se dirigieron hacia ellos, resultaban ser bastantes teniendo en cuenta que solo habría unas diez o quince personas en el local. Desde el otro lado de la barra una voz ruda les increpaba, "¡Eh, vosotros!, largo de aquí si no vais a consumir nada, el servicio es solo para clientes". "¡Tranquilo!" le respondió el con la lengua trabada, aún no hemos bebido bastante, pongamos una botella de lo que tenga mas a mano. Mientras decía esto uno de sus compañeros había entrado al servicio con otro cliente del local. Al rato asomó la cabeza por la puerta y le llamó, "¡Ven no te lo pierdas!, no te arrepentirás". Cogió su vaso y se encaminó al servicio, allí en el lavavo le enseñó un pequeño bote, "Toma, respira un poco ya verás como te gusta". Se lo pensó, no le gustaban ese tipo de cosas, pero en su estado no era capaz de oponerse ni pensar con la cabeza, solo quería pasárselo bien así que lo cogió, dudó un instante y finalmente inspiró una profunda calada. Desde ese instante era incapaz de recordar, solo venían flashes a su mente que ni siquiera era capaz de distinguir si eran reales o no. Recordaba voces a su alrededor, se veía solo, tirado en la barra del bar. La siguiente imagen que venía a su cabeza era la de estar tirado en una calle maloliente y un par de chavales orinaban a un escaso metro suyo. Quería irse pero no era capaz de levantarse. La siguiente imagen que le venía a la cabeza era la ducha de agua fría que se dió cuando se levantó a las cuatro de la tarde.
En aquel momento sonó

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